sábado, 11 de julio de 2020

PIVO

Nada más frustrante que tener sentada enfrente a la persona con la que se han compartido las cosas más significativas en la existencia... y no tener qué decir... como si ya todas las conversaciones se hayan dado, todos los cafés se hayan tomado y todas las historias se hayan contado.

Y estar ahora los dos ahí, mirándose fijamente como dos desconocidos que no quieren conocerse, esperando la mirada caritativa del mesero para pedir la cuenta y que así termine esa tortura.

Pero la mirada no llega (o no la comprendió el mesero... o se hizo el pendejo). Quizá un par de cervezas más para embotar el incordio, sumado a las frecuentes salidas a fumar cada uno en su turno, para tratar de pensar en algo qué decir o de pronto para hallar una coma olvidada, un signo de interrogación pendiente o uno inventado de admiración, un punto y coma tal vez, lo que sea para intentar dilatar o evitar ser aquel que puso sobre la mesa el necesario punto final.

1 comentario:

Unknown dijo...

Esa es muy buena pluma. Debería en mi concepto el señor K-Li-K escribir mas seguido y sacar y desempolvar todos los buenos cuentos que tiene guardados en el viejo baul