sábado, 12 de enero de 2013

Libros... definitivamente algo que no se puede prestar...

Una vez un primo me contestó cuando le pedí prestado un libro, que él prefería prestarme la novia, porque sabía que ella regresaría solita sin importar cuánto la hubiese usado... pero que un libro o un disco, jamás saldrían de su habitación, porque tenía la plena certeza de que nunca volverían...

Me enojé en ese momento porque me dolió la falta de fé y confianza de mi primo acerca de mis buenas intenciones... pero el tiempo y cerca de una docena de amados libros perdidos... le dieron la razón.

Incluso una lección me dio un querido tío cuando armó la gran indignación porque me demoré varios meses en devolverle "El Loco", de Jalil Gibrán... es más, aún me lo recuerda, después de casi veinte años.

Sin embargo, como humano y latino que soy, es en este instante amargo ante la cada vez creciente sospecha del no retorno de "Vivir para contarla", el libro de Gabriel García Márquez, edición especial autografiada... que presté hoy hace ya dos años... que estoy verdaderamente convencido de la tesis de mi primo...

Y como me dijo mi tío en su carta de pésima caligrafía y ortografía: "...pasan los días y el loco no está conmigo..."

K-Li-K
2013


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