viernes, 29 de enero de 2010

Para cuando llegue ese momento...

DECISIONES

El agua caliente que corre por el lavamanos, ha empañado el espejo frente a mí. . . ha vuelto borrosa mi imagen. Paso mi mano para limpiarlo y me observo.

Me encuentro en un motel de las afueras de la ciudad. Me siento extraña . . .

Estoy recordando a mi profesora de secundaria que nos dictaba biología. Comenzaba mi último grado y esperaba oír su plan de estudios de ese año.

- Este curso tratará un tema que últimamente ha causado polémica...

Al escuchar eso presentía algo malo.

- . . . hablaremos de sexo.

Silencio absoluto. En un colegio femenino hay ciertos tabúes.

Sin embargo, lo que más recuerdo fue lo que dijo al vernos tomar esa actitud.

- No teman. Algún día lo tendrán que enfrentar.

Y aquí estoy, en el baño de un motel a las afueras de la ciudad, con un novio impaciente tras la puerta y esta sensación como de mariposas en el estómago y hormigas en las piernas.

Es que todavía bullen en mi cabeza todas esas cosas que vimos ese último año de secundaria.

SEXUALIDAD . . . era una palabra tan grande en la portada del libro que nos llevó la profesora. Y todos esos millones de letras que nos contaban todas y cada una de las partes que componen nuestro sistema reproductor, que nos informaban de todos esos corrientazos que del cerebro llevan la orden y estimulación de dichos órganos . . . millones de letras que explicaban, analizaban, conceptualizaban, etiquetaban y clasificaban lo que se suponía debíamos sentir.

¿Me debía sentir así como me siento? . . . la verdad no recuerdo haberlo leído.

- ¿Vas a tardar mucho nena?

¡Me apura! . . . ¡odio que haga eso!

- Nena . . . te necesito . . . ¡deseo amarte!

¿”Amarme”? . . . ¿”hacer el amor”? . . . ¿”amor”? . . . Todas las dudas me asaltan ahora, ¿qué es eso? La televisión, el cine, las revistas, hasta las campañas políticas lo dicen: SEXO!!!!!!!!!!! Nada más.

Sólo lo remiten todo a los genitales, como si unos segundos de placer reemplazaran horas de paz y tranquilidad . . . juntos. Los libros también decían eso, ya lo recuerdo, hablaban de toda esa fantasía, de los hombres y mujeres hermosas, de enormes falos e insaciables vaginas acoplándose en inimaginables situaciones . . . ¡todos marcados con una enorme X! ¡Únicamente para mayores de edad! Si es así, deberían sacarles los ojos a los niños que ven el “Show de Xuxa” y sus minúsculos uniformes con senos a punto de saltar de sus escotadas chaquetitas . . .

- ¡Apúrate! . . . quiero hacerte feliz ¿sabes?

¿”Feliz”? . . . ¿”amarme”? . . . ¿”hacer el amor”? . . . ¿”amor”? . . . ¿qué carajos es eso? . . . tengo tanto miedo . . .

En el colegio me dijeron, según los libros, qué es el amor, qué es aquella vaina que logra que esos corrientazos vayan con la carga adecuada al sitio adecuado y provoque la reacción adecuada . . . creo.

Me hablaron de la sensualidad que hace de la sexualidad lo que es: algo bello, como el misterio de procrear vida . . . Me hablaron de la ternura que acompaña al verdadero instante erótico, estimulante . . . acogedor.

Una vez, la profesora nos leyó un pequeño poema erótico. Era suave, era espontáneo, era natural, daban ganas de besar a quien lo escribió . . . porque halagaba, no ofendía como “LAS ESTUDIANTES VICIOSAS X X X” que exhibían en un teatro cerca al colegio.

Me sorprendí sonriendo frente al espejo al remembrar todo aquello.

Y de todo eso, lo que jamás olvidaré, fue lo triste que se sintió la profesora, contándonos de su primera vez y de lo arrepentida que estaba de la forma en que ocurrió, porque en sus manos estuvo que todo saliera bien, y no hizo nada por evitarlo o cambiarlo.

- Recuerden niñas, el mundo es hermoso, pero a la vez perverso, no teman lo que sientan o deseen. No les digo que no lo hagan, sino que lo hagan bien, tienen todas las armas y el criterio para elegir... sólo ustedes deciden sobre ustedes, pues sólo ustedes podrán gozarlo.

En unos pocos segundos, pasaron frente a mí, en el espejo, como en una pantalla de cine, las ilustraciones de los libros, los millones de letras, los afiches de películas, las conversaciones con mis amigas en los baños, los programas saturados de sexo en la televisión, los sermones del domingo acerca de la moral, los escándalos de las abuelas, el poema de la profesora, sus palabras, mis ideas, mi cuerpo, mi futuro . . .

. . . y ví a mi novio diciéndome en la discoteca, que la única forma de demostrarle que lo amo, es acostándome con él y entregarle mi himen en bandeja de plata.

Un golpe fuerte en la puerta me despierta.

- ¿Vas a salir o no?

- Ya voy, querido . . .

La verdad es que tampoco tenía muchas ganas. Ahora estoy escribiendo esto y pensando en lo que realmente quiero y en cómo deseo que ocurran las cosas. Algún día será . . .

¿Mi novio? . . . bueno, mi novio, perdón, ex novio, no desperdició la plata que pagó por la habitación. Se quedó viendo una película pornográfica y . . . ustedes ya saben qué más . . .

Yo llamé un taxi.

K-LI-K / OCTUBRE DE 1996

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